Con el mayor desparpajo, sin guardar las apariencias y frente a la audiencia del pueblo, se expresó don Leonte, el regidor de Higüey que hoy es noticia por decir lo que para él es la esencia de la función pública. Y es que durante una entrevista realizada en un programa local, el regidor Leonte Torres, aseguró que “cuando un político llega a una posición se busca su par de pesos”, tras afirmar “que todo el mundo sabe que yo no soy el padre de la patria ni la Madre Teresa de Calcuta”
Obviamente, su sinceridad debía ser considerada, por cuanto ha expresado lo que a su juicio fue a buscar al cabildo higüeyano. Algo que es común escuchar en la boca de los dominicanos.
La ética, las buenas costumbres y la moral parecen escasear, por no decir que están ausentes del quehacer político.
De ahí que, al ser enterada de las palabras del regidor por la Fuerza Nacional Progresista, la doctora Milagros Ortíz Bosch, sentenció que nada evitará que don Leonte Torres enfrente a la justicia. Sin embargo, ahora que la encargada de la Dirección General de Ética del gobierno muestra preocupación e indignación por la forma destemplada del pronunciamiento del regidor, sería oportuno pedir su intervención para que se tomen las medidas de rigor contra los funcionarios que aún se resisten a presentar su declaración jurada de bienes, así como también contra aquellos ministros que han ocultado las auditorías practicadas a las pasadas autoridades y funcionarios públicos que ellos están reemplazando.
Doña Milagros, como responsable de encausar los principios éticos en la administración de los recursos del Estado debe procurar que los casos que han sonado por los diversos medios de comunicación, incluyendo las Redes Sociales, sean debidamente conocidos y debatidos en los organismos de justicia para que fluya la transparencia en la gestión pública. Sabemos que: “a confesión de las partes, no se requieren las pruebas”, pero tomando en cuenta la dimensión de otros casos, lo del regidor Leonte, se compara con algo insignificante.
Esto en modo alguno pretende disminuir el agravio que conlleva decir que la política en vez de servir a la sociedad es un instrumento para servirse y prosperar a partir de las mañas y habilidades de quienes por fortuna llegan a los cargos. Sin dudas, un pronunciamiento desafortunado, pero ha sido el estiércol por donde muchos han transitado.
Finalmente, el mensaje debe ser claro, equitativo y responsable: la función pública debe ser ejercida de forma pulcra, atendiendo al principio de servir con honestidad.
En esto no pueden existir vacas sagradas, porque las indelicadezas o maniobras corruptas son por igual condenables en los grandes como en los de menor escala. No importa la cantidad. Ir a la administración pública a buscársela, debe ser cosa del pasado. Por eso el pueblo votó por un cambio de visión en el ejercicio del Estado.
LA SINCERIDAD DEL REGIDOR…!
Editorial de Peravia Noticias jueves 10 junio 2021