En todo proyecto de nación deben estar incluidos porque son la base fundamental del desarrollo, los que aportan la mayor cuota de sacrificio para garantizar la sana alimentación de la población. Sin embargo, a pesar de que todos coinciden en valorar la importancia del agricultor como eslabón primordial de la economía, en raras ocasiones escuchamos que son incluidos en los programas de gobierno. En el Día del agricultor escucharemos hablar de los planes para aumentar la producción nacional, y de las facilidades técnicas y financieras que son ofrecidas para motorizar la siembra de productos agrícolas. Esa ha sido la letanía de todos los políticos, pero en la práctica, el agricultor se desangra, siembra y al final se endeuda y termina quebrado. La verdad es que desde el Estado poco se ha valorado al ser humano, al hombre que con sus manos, hace producir la tierra para que lleguen los alimentos a las grandes ciudades. Ahora que nos aproximamos al día de las elecciones, nos unimos al clamor del obispo Ramón Benito de la Rosa y Carpio, en procura de que los candidatos consideren a los agricultores como fuerza motriz del desarrollo del país. Recordamos que hasta hace unos años la agricultura se concebía como el eje central de nuestra economía. Hoy la mayoría de los predios agrícolas han sido convertidos en urbanizaciones, y otras grandes porciones de terreno cultivable están siendo deslindados para con igual propósito. De ahí que debemos preocuparnos. Justamente hoy celebramos el día del agricultor, y más que felicitarlos, queremos reconocerlos por el papel que desempeñan. Ellos generan empleos, contribuyen a la dinamización económica y, generalmente son olvidados, desatendidos en sus reclamos de ser incluidos en las agendas políticas.
Apoyar a los agricultores es abonar en terreno fértil para que nuestros campos continúen produciendo los rubros agrícolas que se constituyen en materia prima para la agroindustria. Es una necesidad retornar al campo con programas de compensación social, habilitando caminos y tramos carreteros, dotando a las comunidades rurales de servicios básicos y asistiendo a los productores agrícolas de los elementos necesarios para garantizar sus cultivos. En otras palabras, en el Día de la Agricultura, esperamos que desde arriba reconozcan la importancia de quienes siembran y laboran la madre tierra para que lleguen los alimentos a nuestra mesa.