Saludamos, aplaudimos y apoyamos todas las jornadas dirigidas a sembrar árboles en esta provincia. Somos compromisarios de las iniciativas que buscan devolver al ecosistema las especies endémicas de la foresta dominicana, y asumimos como tarea fundamental la lucha por la preservación del medio ambiente y los recursos naturales.
Es deplorable, y por demás cuestionable, permanecer de espalda a una realidad que pone en riesgo la flora, la fauna y la vida humana. Nos estamos quedando sin bosques, y perdemos la foresta, los humedales y manantiales que proporcionan agua a nuestras comunidades. Ante tal agresión es necesario la compensación. De ahí la importancia de las jornadas de reforestación. Sin embargo, a la par con la siembra, es oportuno abogar por un cambio de conciencia donde los comunitarios asuman el rol de -defensores de los espacios- donde se desenvuelven, porque de nada sirve sembrar para que malos ciudadanos vuelvan a destruir lo plantado.
Aplaudimos la jornada realizada ayer en el Corbanal, entendiendo que debemos poblar de árboles las revieras de los ríos, arroyos y playas, hasta tocar la cima de nuestras montañas. Pero hay otra jornada, y la más importante, que a todos nos convoca: debemos evitar a toda costa, la instalación de granceras en la provincia Peravia, debemos evitar las depredaciones de nuestras montañas, debemos evitar los permisos de no objeción que emiten los regidores para extraer rocas y otros tipos de materiales del subsuelo, permisos irritantes, sin estudios de impacto ambiental y que alientan el rumor de ser emitidos por los centavos recibidos.
Esa debe ser la otra gran jornada que tendrá que ser asumida por las asociaciones, entidades profesionales, las iglesias y juntas de vecinos. Una jornada para defender el medio ambiente, para cuidar la foresta y los recursos naturales, sin importar riesgos, sin medir la jerarquía de los involucrados y denunciando sin temor a los que se anotan en la nefasta lista de destrucción, mismos que tienen la doble moral de aparecer sin ningún rubor en las propias jornadas de reforestación.