Cuando el 2 de abril del 2014, se materializó la firma del llamado Pacto para la Reforma Educativa, la sociedad en general celebró, lo que parecía ser una victoria, que finalizaría con las limitantes, que impedían un pueblo totalmente educado en todo el sentido de la educación.
Tres años han de aquel majestuoso discurso del excelentísimo señor presidente de la República Danilo Medina Sánchez, dictado en el Salón Las Cariátides de la casa de gobierno y que en una de sus líneas destacaba que este acuerdo no será un “papel mojado”, sino que va a marcar un antes y un después del sistema educativo en el país.
¿Y tuvo razón el mandatario? al principio (como el amor a primera vista, todo fue color de rosas) pero ¿qué rompió el manto sagrado de lo pactado?
Construcciones y más construcciones, escuelas en todo el país ¡sí bien! pero no también, cuando no hay quienes impartan las materias a los alumnos.
Cambios de horarios ¡sí! pero sin personal que dinamice conocimientos alternativos, alumnos sin nada que hacer porque no hay quienes les enseñen artes plásticas, canto, deporte, tecnología.
¿Y qué decir de los llamados Educadores? los que se achicharraron cuando tomaron sus exámenes de conocimiento, de los conocimientos, que ellos adquirieron durante cuatro o más años.
Sin contar con los que ya estaban integrados al sistema, que cuando vieron sus interese particulares afectados, iniciaron la lucha por los mismos.
Lucha que se ha mantenido afectando la escolaridad de los que en verdad la necesitan, los que asisten a los centros públicos que son la mayoría.
En la provincia Peravia, como en todo el país, los maestros han presionado al gobierno central paralizando la docencia de todas las maneras posibles que se pueda, las razones alegadas las mismas de antes del pacto, aumento de salarios, terminación de planteles escolares, nombramiento de profesores, que los libros de textos lleguen a tiempo y otras que se añadieron como lo es un almuerzo con verdadera calidad y merienda adecuada, y tecnología.
Los intereses de particulares, las sombras de las deudas de la silla del poder, ha degradado lo que el pueblo por años a gritos pidió, un presupuesto digno que fuera implementado en elevar la calidad educativa de la mayoría, los pobres.
El pacto tendrá vigencia hasta el año 2030, sin importar las variaciones o cambios políticos que pudieran producirse en ese lapso. Plantea que la educación es un derecho y bien público de acceso universal y con equidad. También propugna la democratización e igualdad de oportunidades para acceder a la educación desde el nivel inicial al nivel superior, así como actualizar los programas de formación docente y desarrollar la carrera docente, y establecer una cultura de evaluación en el sistema educativo, entre otras políticas.
Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad.
Lo que el maestro ES, es más importante que lo que enseña.
Karl A. Menninger siquiatra estadounidense
Reporte de la periodista Linette Del Rosario.