Vladimir Guerrero Ramos vio la luz del mundo el 16 de marzo de 1999 en un hospital de Montreal, con apenas 18 años, Vladi Jr. enfrenta en una liga como la Lidom a hombres que le doblan la edad y lo ha hecho mostrando destellos de por qué está ranqueado entre los mejores prospectos del béisbol.
Hasta la jornada del martes, Guerrero había jugado los 12 partidos del Escogido, 11 de ellos en la tercera base con una línea ofensiva de .267/.340/.378 en bateo, porcentaje de embasarse y slugging, 12 imparables en 45 turnos, dos de ellos triples, un doble y cuatro carreras remolcadas.
Apenas lleva cinco ponches y cuatro boletos, pero los intangibles para el box score como su alta selectividad para hacer swing, su agresividad con el guante y la velocidad que logra a pesar de sus 200 libras le hacen pasar con notas altas su primera quincena en la liga de más alto nivel en que ha jugado.
“No ha sido tan fácil, pero gracias a Dios, con trabajo todo puedes hacerlo fácil, trabaja en la offseason (temporada muerta) y te preparas para la temporada y eso es lo que va a venir, el trabajo bueno”, dijo Vladi Jr. (El Negro) como le llaman sus allegados.
La rutina que cumple estos días comprende viajar tres veces a la semana desde Don Gregorio, donde reside con su padre, hasta el complejo de los Toronto Blue Jays en Boca Chica para hacer sesiones de pesas en las mañanas y tomar clases de inglés. En las tardes se integra a las prácticas del Escogido para jugar en las noches.
Todo esto después de una temporada entre A y A+ que incluyó 119 partidos, 527 apariciones en el plato y asistir al Juego del Futuro en Miami.