Son problemas que nos afectan, que se agudizan y trastornan a la sociedad. Problemas que se atribuyen a la descomposición social que envuelve a la familia, y a la falta de políticas públicas -que desde el Estado- deben estar orientadas a transformar las condiciones de pobreza y marginalidad que crece en nuestros barrios y comunidades.
Ahora que estamos en el mes de la familia, es tiempo de profundizar sobre los factores causales de la ola de feminicidios que sacude al país, cifras escalofriantes muestran unas 85 mujeres asesinadas de manos de sus parejas o de emparejas que en muchas ocasiones optan por el suicidio, dejando a miles de niños en la orfandad, sin la mano protectora del Estado, y mucho menos en condiciones de superar los traumas psicológicos que originan estas tragedias. De ahí la insistencia en buscar alternativas viables que permitan a las víctimas directas o indirectas, superar los traumas acumulados.
Y es que los feminicidios se están convirtiendo en parte de la cotidianidad del pueblo dominicano, el germen perturbador de la cultura machista que heredamos y el medio por excedencia utilizado por amantes frustrados. Pero otro signo peligroso, es el que nos sitúa en los primeros lugares en embarazos en adolescentes: niñas pariendo niños cuando debían estar jugando y estudiando. Las causas, al igual que en otros casos, se encuentra en la familia: madres que empujan a sus hijas a actuar, vestir y proceder como mujeres adultas, sin obviar la influencia negativa de los medios de comunicación en un país donde nadie censura las vulgaridades que son servidas a cualquier hora del día.
A todo esto, crecen los puntos de drogas, proliferan antros y prostíbulos, abren más bancas de loterías, se suman nuevos negocios de apuestas y máquinas tragamonedas y, sigue la orgía de sangre, a causa de la violencia y la delincuencia que nos arropa. Delincuencia que va cobrando vidas útiles como la del médico Eber Josías Soto Gómez, quien fue asesinado en Matanzas. El joven profesional, con apenas 33 años laboraba en el área de emergencias del hospital Nuestra Señora de Regla. Como él son muchos los ciudadanos que han sido asesinados. Ojalá que la instalación de la Mesa de Seguridad Ciudadana pueda tocar la raíz de estos y otros males para que el pueblo pueda disfrutar de la paz y la tranquilidad que merecemos.