La ciudad merece la atención de las autoridades y los ciudadanos. Es un deber velar por el cumplimiento de las normas y resoluciones municipales, sobre todo aquellas que están orientadas a facilitar la convivencia social. Además de garantizar la limpieza y el ornato de la ciudad, las autoridades tienen que cumplir con organizar el tránsito, procediendo a señalizar las vías, colocar semáforos y disponer cuantas medidas sean necesarias para que todos asumamos respetar la ley de tránsito.
El ayuntamiento municipal está trabajando en la señalización de las calles, pero hay que disponer la reparación o compra de nuevos semáforos, al tiempo de corresponder con la creciente demanda de organizar las paradas de motoconchos, los estacionamientos de vehículos y el desmonte de la avalancha de reductores de velocidad que proliferan en la ciudad.
Son muchas las acciones que se deben emprender para devolverle a la ciudad su imagen de modernidad, antes de que se convierta en un arrabal. Lo que hasta ahora vemos, apunta a pensar que con el INTRAN todo seguirá igual, sin cambios trascendentes, como llegamos a esperar. Ojalá que los agentes de la AMET nos sorprendan con la aplicación eficiente, certera e imparcial de la ley de tránsito.
Es una urgente necesidad corregir las debilidades que vemos a diario por las calles, donde choferes se desplazan a alta velocidad, sin luces traseras ni delanteras, y haciendo escandalos. Pero además del manejo temerario, observamos las imprudencias de motoristas cargando con niños en los brazos, poniendo en riesgo la vida de esos infantes.
La ciudad es nuestra casa, debemos cuidarla, organizarla y asumir que todos la respeten… Sólo así lograremos rescatar el orgullo de vivir en Baní, en la ciudad más limpia y organizada del país… Creemos que aún es posible, pero para lograrlo debemos comenzar por respetar y amar nuestra ciudad…