El vertedero municipal, ubicado al norte del sector la Saona, aunque es un foco de contaminación hasta para lo que están a distancia, sirve de medio productivo a personas de diferentes edades y sexo.
En este lugar se concentran, adultos, niños y personas de edad madura, para hacer del mismo una actividad económica constante.
Los llamados buzos se ven inmersos en la basura, sin importar riesgo para su salud, buscando objetos de valor.
Aprovechan los cartones, plásticos, botellas, maderas y objetos que en muchos hogares los desechan.
El fuego es común en esta zona para quemar lo que no tiene nada de valor y hasta aquellas cosas que después de quemadas, se comercializan como productos esenciales, como sucede con la madera que es arrojada al vertedero la que es aprovechada para convertir en carbón.
Estas dos personas juegan un importante papel en el movimiento comercial del reciclaje y de otros objetos y productos que son convertidos en dinero.