La solemnidad de los actos oficiales está determinada por el cuidadoso esmero con que se prepara el protocolo para que el mismo se revista de la altura que merece, y que la institución que lo realiza, no sea objeto de críticas. Por lo menos, eso creíamos.
Sin embargo, en el acto en que se homenajeó a una nutrida representación de distinguidas personalidades de Baní, hubo entregas del galardón: Escudo de la ciudad, a los homenajeados, y fueron entregados por todos los regidores y otros funcionarios del Ayuntamiento municipal, pero hubo un error: se excluyó a la concejal Carolina Díaz, y Carolina Díaz, en el ámbito local ha sido la concejal que ha estado opuesta a varias aprobaciones de granceras, destrucción de montañas, instalación de negocios que no cumplen con los rigores de las leyes, principalmente la medioambiental y además autora y propulsora de una resolución que anula la instalación de una (planta de expendio de gas) y que todas estas aprobaciones tuvieron el rechazo de todos los sectores de la sociedad.
Pero sucede, que el secretario del Ayuntamiento de Baní, señor Wilson Guerrero, ha tenido desavenencias con la concejal Carolina Díaz por solicitudes que le ha hecho de alguna información o documentación, recibiendo de éste vejámenes y malos tratos. Y ahora resulta que todo se trata coinsidecialmente de error o chismes. Ojalá que los funcionarios del Ayuntamiento, comprendan algún día que eso es una institución pública y que su paso por ahí es temporal.
Mientras tanto, la sociedad y los medios de comunicación estamos observando para defender la imagen de nuestras instituciones y preservar los buenos valores y el buen desempeño contra la mediocridad y la prepotencia. Ultrajar, ofender, humillar o degradar a otro ser humano, es un acto salvaje y brutal, propio de seres irracionales, en el seno de una sociedad que pide a gritos un cambio de imagen en las instituciones del Estado.
Exigimos respeto para Carolina Díaz, pedimos que los demás ediles de nuestro Ayuntamiento fijen su posición al respecto, por aquello de que hoy por ti y mañana por mí. Lo que para algunos es un motivo de celebración, mañana puede convertirse en una pesadilla atribuida a un simple mal intencionado error.