Si bien es cierto que debemos impulsar un cambio de rumbo en la sociedad dominicana, reconociendo las debilidades que impiden el desarrollo de la nación, no es menos cierto, que en medio de las dificultades podemos comenzar por el municipio, como espacio geográfico donde interactuamos.
Desde esa perspectiva reducida, focalizada en términos cuantitativos, podemos trazar los perfiles de un plan estratégico de desarrollo que responda a las necesidades reales de la población. Es decir, ir de lo particular a lo general, desmontando en orden de prioridades, los obstáculos que se constituyen en retrancas para el bienestar colectivo.
Y es que hablar de cambio, implica ver más allá de lo que espera el ciudadano mediatizado por un sistema político que limita su potencial. Un sistema que nos acomoda a pensar que los cambios deben llegarnos desde arriba, por fuerza de la gravedad, o por un regalo divino, donde lo menos que debemos hacer es aportar.
Sin embargo, cuando hablamos de cambio, no lo estamos reduciendo a un cambio de persona, o de partidos políticos. Es un cambio distinto, se trata de asumir una conciencia colectiva que implique compromiso, modificar conductas, pensar en el pueblo, amar la ciudad, plantear alternativas, sumar esfuerzos y construir espacios democráticos que respondan al interés real de la población. Es procurar actuar con decencia, apegados a los principios de moralidad, respetando al vecino, sirviendo de ejemplo a la juventud, y elevando a la familia como núcleo vital de la sociedad.
Se trata de un cambio de visión, para dejar atrás la cultura de la marginalidad, de esperar cada cuatro años las migajas de políticos, de soñar con prosperar por un golpe de la casualidad, sin accionar, sin trabajar, y haciendo daño a los demás. Es amarnos, amar la familia, amar la ciudad y trabajar para engrandecerla… Ese es el cambio al que debemos aspirar. Si cuidamos, defendemos y vigilamos nuestra ciudad, y pedimos que los funcionarios y autoridades rindan cuentas de su desempeño frente a las responsabilidades asumidas frente al pueblo, comenzaremos por hacer la diferencia, y eso de por si habrá de generar un cambio en el comportamiento de muchos políticos del patio.