WASHINGTON. La Casa Blanca aseguró ayer que está preparando una nueva propuesta de ley sobre inmigración, aunque evitó dar detalles sobre el contenido de ese plan y no aclaró si podría incluir una solución para los miles de jóvenes indocumentados protegidos de la deportación por el programa migratorio DACA.
Ese mensaje de la Casa Blanca llegó horas después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, declarara en Twitter que el programa DACA “está muerto” y que no planea llegar a más acuerdos con los demócratas para reemplazarlo por una solución permanente.
“El Departamento de Seguridad Nacional está trabajando con la Casa Blanca (…) en otro paquete legislativo para cerrar los vacíos legales que son tan perniciosos y peligrosos” en el sistema migratorio de EE.UU., dijo un alto funcionario de la Casa Blanca, que pidió el anonimato, en una conferencia de prensa telefónica.
“Llevamos varios meses hablando de esto, de que queremos acabar con los vacíos legales para que podamos tener un sistema migratorio legal en ambos lados de la frontera”, agregó.
La fuente no quiso dar más detalles sobre el contenido de la propuesta legislativa en la que trabaja el Gobierno de Trump, aunque insinuó que podría contener los puntos que la Casa Blanca enumeró en octubre pasado como prioritarios en cualquier reforma migratoria.
Entonces, el Gobierno de Trump abrió la puerta a proteger a los beneficiarios de DACA, pero también exigió obtener fondos para construir el muro en la frontera con México, agilizar la expulsión de menores centroamericanos, contratar a más agentes fronterizos y limitar la concesión de visas mediante un sistema de méritos.
Trump aseguró este domingo que no hará “más acuerdos sobre DACA” con el Congreso, después de meses de choques entre la Casa Blanca y la oposición demócrata sobre cómo reemplazar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés).
El presidente anunció el año pasado el fin de ese programa, proclamado en 2012 por el expresidente Barack Obama y que daba a ciertos indocumentados una garantía de no deportación y un permiso de trabajo, y pidió al Congreso sustituirlo por una ley permanente.
Pero no hubo acuerdo en el Congreso, y el destino de DACA está ahora en manos de los tribunales, que de momento han ordenado al Gobierno de Trump que permita que los llamados “soñadores” que ya estaban inscritos en el programa migratorio puedan renovar sus beneficios, aunque no se toleran nuevas inscripciones.
El citado funcionario de la Casa Blanca insistió ayer en que DACA es un “imán” para los inmigrantes indocumentados que tratan de ingresar ahora en Estados Unidos, porque genera en ellos la impresión de que el Gobierno estadounidense es “indulgente”.
Sin embargo, ninguno de esos indocumentados recién llegados pueden acogerse a DACA, dado que, además de no aceptar ahora nuevas inscripciones, el programa tenía un alcance limitado y solo beneficiaba a aquellos que hubieran residido en EE.UU. desde 2007.