No sabemos el por qué las autoridades educativas se preocupan más por construir nuevas aulas, mientras dejan en el abandono los planteles escolares que llevan años esperando por reparaciones cuyas inversiones no son tan cuantiosas como para merecer que se les excluyan del presupuesto.
Así viene ocurriendo con el Liceo Francisco Gregorio Billini, el más emblemático de nuestros centros educativo, lleno de filtraciones en el techo, con problemas en toda su planta física, como resultado del paso inexorable del tiempo. Igual está aconteciendo en escuelas que se están cayendo literalmente, sin que merezcan la intervención de los funcionarios del gobierno llamados a supervisar las condiciones en que vienen operando, a pesar de las constantes gestiones de maestros y directores.
A todo esto, nos preguntamos, ¿será que el cuatro por ciento sólo está destinado para las nuevas inversiones, desdeñando aquellos centros que llevan casi medio siglo esperando por reparaciones?
Sin embargo, como una contradicción, vemos casi destruida, abandonada y saqueada, la edificación que se levanta en el sector La Saona, del municipio de Baní, la que sin estar terminada, su construcción fue descontinuada y lleva años paralizada, prestándose a ser utilizada como escondrijo de malechores para cometer hechos delictivos.
Otras de las necesidades elementales la encontramos en el Politécnico Máximo Gómez, donde según las versiones, por falta de gestiones han dejado dañar el autobús que transportaba a los estudiantes desde la ciudad al plantel escolar. De ahí la pregunta más socorrida ¿y dónde está la Revolución Educativa? Preguntemos a los maestros y estudiantes del liceo Francisco Gregorio Billini, donde las filtraciones nunca terminan.
Preguntemos a los moradores de La Saona, en donde a causa del abandono, a la obra que estaba a punto de concluir, le han robado sus inodoros y ventanas, sin olvidar que en una cisterna abandonada, murió ahogado un infante que allí jugaba.
Y para sellar con broche de oro, tenemos a decenas de jóvenes estudiantes pidiendo “bola” por carecer de transporte escolar para llegar a su destino.
Entonces, quién logrará incluir estas necesidades en el cuatro por ciento del presupuesto?
Quien lo haga, será merecedor del respeto del pueblo.