En la Unidad de Atención a Víctimas de Violencia Intrafamiliar, de Género y Delitos Sexuales, hay un símbolo que hondea y que en silencio denuncia su olvido y el maltrato que recibe del sol, del viento, de las implacables lluvias y sobre todo de la mirada indiferente de quienes deberían de cuidarlo y mantenerlo de forma impecable.
Se trata de nuestra bandera nacional la que descolorida y desflecada es izada donde se alberga una dependencia de un poder del Estado.
Aquí la reseña tricolor luce abusada y agredida físicamente, sin que tenga una mirada piadosa de quienes tienen en sus manos la aplicación de justicia.
En lo alto de su hasta se mantiene con orgullo, cayéndose a pedazos pero sin rendirse, porque ella prefiere que la derriben con violencia, antes de humillarse cayendo al pavimento por su propia voluntad.
Esta, nuestra bandera en condiciones deplorables, espera por un acto de justicia, que interprete el lema, Dios Patria y Libertad.
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𝐏𝐞𝐫𝐚𝐯𝐢𝐚, 𝐑.𝐃. 𝐋𝐚 𝐬𝐞𝐧̃𝐨𝐫𝐚 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐚 𝐀́𝐧𝐠𝐞𝐥𝐚 𝐏𝐚𝐮𝐥𝐢𝐧𝐨, 𝐫𝐞𝐬𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐧 𝐄𝐥 𝐋𝐢𝐦𝐨𝐧𝐚𝐥, 𝐝𝐞𝐧𝐮𝐧𝐜𝐢𝐨́ 𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐠𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐃𝐢𝐫𝐞𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐆𝐞𝐧𝐞𝐫𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐒𝐞𝐠𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐓𝐫𝐚́𝐧𝐬𝐢𝐭𝐨 𝐲 𝐓𝐫𝐚𝐧𝐬𝐩𝐨𝐫𝐭𝐞 𝐓𝐞𝐫𝐫𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞