La República Dominicana sale puntera en los renglones menos deseados, confirmando el peso de la deuda social que se ha ido acumulando en los últimos años. Y es que los datos arrojados en estudios y mediciones realizadas por organismos internacionales le otorgan al país el liderato en accidentes de tránsito, embarazos en adolescentes, en prácticas de cesáreas y en otras áreas nada gratas.
En un espacio geográfico de apenas 48 mil kilómetros cuadrados y con unos 10 millones de habitantes, es difícil entender cómo estamos superando a países de la región que triplican nuestra población. A esto se le agrega la falta de seguridad ciudadana y el pésimo sistema de justicia que angustia a la mayoría de los dominicanos. El índice de paz global indicó que el pasado año un 67 por ciento de la población se sentía insegura, con miedo a salir a las calles. En ese ranking estamos en rojo, ya que en la República Dominicana ocupa el lugar número 116 entre 141 países de todo el mundo. Es decir, vivimos en uno de los países más inseguros del planeta.
En cuanto a las muertes por accidentes de tránsito, ya conocemos lo que está ocurriendo en la carretera Sánchez, donde semana tras semana vamos sumando tragedias sin que se observen medidas de parte de las autoridades para poner fin a la orgía de sangre que enluta a la sociedad dominicana.
Y así estamos con los peores índices en seguridad ciudadana, con miles de niñas que salen embarazadas, y como algo normal, tenemos el primer lugar entre países donde las mujeres se han olvidado del parto natural para caer en el juego de médicos que sólo indican cesáreas.
Son muchos los renglones donde andamos mal, sin embargo, el propósito es que podamos hacer algo para mejorar. Y obviamente, el primer paso lo dar el Estado dominicano, el mismo que gasta y malgasta sumas millonarias para sustentar una nómina cargada de grandes botellas.