Esa debe ser la consigna de todos, especialmente de quienes están al frente de las instituciones llamadas a proteger la vida de los ciudadanos. Es lamentable escuchar las cifras de muertes por accidentes de tránsito, donde la República Dominicana encabeza la lista, por encima de países con mayor densidad poblacional. Y ni hablar de las personas que quedan mutiladas, con lesiones permanentes y en estado vegetativo, a causa de los constantes accidentes que se registran. Baní no escapa a esa realidad, donde vamos sumando muertes y tragedias donde las víctimas son, en su mayoría, jóvenes que no alcanzan los 25 años de edad.
Así ocurre en la carretera Sánchez, en la carretera Baní – Villa Sombrero, y ahora en la avenida Fabio Herrera, donde por múltiples factores se producen accidentes en motocicletas. Obviamente, lo que todos esperamos es la acción del Estado, de las instituciones y organismos que intervienen en la regulación del tránsito urbano. Sin embargo, pareciera que a pocos importa la vida de los ciudadanos, ya que las medidas de seguridad vial contenidas en la ley, sólo son aplicadas en fechas especiales. De ahí que observamos como normal el manejo temerario, el desplazamiento en vías contrarias, el irrespeto a los semáforos y el parqueo de vehículos sobre las aceras, sin contar la forma medalaganaria con que actúan los agentes de la DIGESETT, que se hacen de la vista gorda frente a las infracciones que se producen.
En tanto, siguen ocurriendo accidentes, vemos perder nuestros jóvenes y todos continúan indiferentes, viendo incrementar las cifras de muertes en esta ciudad. Es hora de emprender una campaña dirigida a proteger la vida. Baní no puede seguir indiferente ante una realidad que nos llena de vergüenza, porque son las autoridades las responsables del caos que vivimos en la ciudad.