Pudieran ser muchas las preguntas cuando se habla de transparencia en la gestión pública. Casi siempre, en los discursos de juramentación frente a la nación, los mandatarios asumen el compromiso de administrar de forma honesta los recursos del Estado, y hasta anuncian medidas que son aplaudidas por los ciudadanos.
Sin embargo, al final de la jornada, el balance no arroja resultados positivos. Por lo menos, eso es lo que hemos vivido en los últimos años. Un estado que ha sido asaltado por funcionarios.
De hecho, en cada proceso se escucha la misma letanía que llama a los que van a los cargos, a hacer la declaración jurada de bienes: un mandato que por ley deben presentar antes de ocupar una función pública.
Obviamente, la pregunta es la siguiente, ¿existe algún precedente de que se investigue la veracidad de la declaración jurada de bienes? Desde luego, surgen otras interrogantes que delatan la falta de responsabilidad de quienes montan el espectáculo de una formalidad que no sirve más que para cumplir con un requisito ante la sociedad.
En ese orden, muchos se preguntan, ¿serán ciertos los datos que se presentan? Y ¿Quién investiga para determinar que corresponden a la verdad?
Así seguimos, asistiendo a un circo donde muchos de los que están arriba se presentan como payasos a deleitarnos con cifras que mueven a risa.
La Declaración Jurada de Bienes, debía ser tratada con respeto, porque de ella emana la transparencia, el ejercicio pulcro y la forma correcta de trabajar al servicio de la patria.
De ahí que pretender burlar la inteligencia de los ciudadanos, presentando datos falseados, debe ser castigado con severidad si en verdad se quiere enviar un mensaje a la sociedad.
Cuando se ocultan y alteran datos relativos a bienes y propiedades, resulta evidente la intención de estafar al estado.
Ojalá que la lucha por la ética y la transparencia en la gestión pública no sea para cubrir las apariencias, sino que se trate de una revolución de conciencia, donde se castigue a quienes defrauden la confianza del pueblo dominicano.