La población banileja ocupa uno de los primeros lugares en muertes por accidentes de tránsito, según las estadísticas presentadas por las autoridades. Baní está perdiendo decenas de jóvenes en una orgía de sangre que parece interminable. Sin embargo, lo más preocupante es que no se advierten medidas que permitan frenar las imprudencias que se observan por las calles.
Peravia Noticias, como medio de comunicación al servicio de la población, ha venido denunciando las acciones cometidas por jóvenes suicidas que se dedican a realizar carreras de motocicletas de forma clandestina. Otros se lanzan a las calles causando espantos, violando las señales de tránsito, levantando sus motocicletas y hasta conducen en vías contrarias en presencia de las autoridades. Ni hablar de los que se niegan a utilizar cascos protectores y se pasean como si nada frente a agentes policiales, que tienen la responsabilidad de hacer cumplir las disposiciones legales.
No obstante, a pesar de las denuncias, ahora se agregan las muertes por accidentes de tránsito ocurridas durante el toque de queda, una clara señal de que tampoco respetan la medida oficial. Ahora que nos conmueve la infausta noticia de la muerte de cuatro jóvenes, cuyas edades estaban comprendidas entre 21 a 25 años, tenemos que preguntarnos, ¿qué está pasando? Cómo es posible que en horas de la madrugada, en un desafío a las autoridades, se desplacen de forma temeraria y, presuntamente, bajo los efectos del alcohol, un grupo de jóvenes que debían estar en sus hogares acatando el Toque de Queda.
Hoy la población banileja suma cuatro nuevas víctimas a otras tres que ocurrieron la pasada semana. Es decir, en dos semanas hemos perdido siete jóvenes en accidentes de tránsito en horas de la madrugada.
La señal es clara. Cuando se violan las normas, y las autoridades no actúan de manera responsable para llevar a la cárcel a quienes se niegan a cumplir las disposiciones legales, los desenlaces pueden ser fatales.
De ahí el llamado a actuar de manera responsable. Y no menos importante sería preguntar, ¿dónde están los padres, frente a los desmanes de jóvenes que se colocan de espaldas a las leyes y principios de convivencia?