Cuando se trata de sanear la administración pública, no sólo basta mostrar buenas intenciones, sino que el pueblo demanda acciones. Desde luego, al presente gobierno se le está exigiendo que haga en dos meses lo que en medio siglo todos han asumido como normal sin protestar. Ahora que cambiamos de inquilinos en el palacio nacional, que se percibe el compromiso de impulsar una gestión ética, que responda al clamor de la sociedad, es importante esperar que el nuevo gobierno comience a trabajar conforme a la agenda que contempla desarrollar el presidente de la República.
De ahí que los reclamos que circulan por las redes sociales y por los medios tradicionales se perciban dirigidos a sacar de la agenda los temas de trascendencia en materia de justicia, entre ellos, llevar los corruptos a la cárcel y propiciar los perfiles éticos del servidor público.
Ahora que el presidente Luis Abinader acaba de anunciar que donará cada mes el salario que le corresponde, y que reducirá en un 50 por ciento los fondos destinados a los partidos políticos para el próximo año, entendiendo que esas entidades estarán en pausa fuera de procesos electorales.
Esto, sin dudas, ha sido aplaudido por los ciudadanos que vienen cuestionando el derroche y el dispendio de millones de pesos en un Estado endeudado, y con una deuda social cada vez más grande.
Reconocemos que en medio de la crisis económica que sacude a la nación, el gobierno tiene que mostrar la capacidad de gestión, tomando las medidas necesarias para evitar la expansión del coronavirus, controlar el gasto y ofrecer servicios adecuados en todas las áreas del Estado, al tiempo de cumplir con el pago de salarios a los servidores públicos, es una tarea difícil si se toma en cuenta que el pasado gobierno agotó la mayoría de los recursos económicos que se contemplaron para el presupuesto de este año.
Y así, según expresó el mandatario en una alocución anterior, el gobierno ha tenido que lidiar con los compromisos financieros haciendo malabares para no sacrificar al pueblo con la aplicación de nuevos impuestos. Ojalá que los estrategas del gobierno encuentren la fuente de recuperación de recursos que ya han identificado la mayoría de los ciudadanos.