El Ministerio Público que operaba en la policía nacional de esta ciudad, ha cerrado sus puertas por el peligro de contaminación que reina en el área, debido a que el sistema sanitario de la cárcel ha colapsado.
Las heces fecales y aguas residuales de la cárcel local suben a la superficie del patio de la policía, expidiendo un hedor que contamina el aire de la zona.
El hedor nauseabundo se expande por los diversos departamentos de la policía y el mismo ha tenido una mayor influencia en el área donde opera la unidad del ministerio público y el legista Walter López.
El personal de la fiscalía se ha visto precisada a cerrar dicha oficina por hacerse insoportable la contaminación y consecuencias de la avería sanitaria.
El mal estado, no tan solo se nota al visitar lo que se conoce como la fortaleza, sino que al frente de esta el hedor le da la bienvenida a los que transitan por ese tramo de la carretera Sánchez.