El albañil de la comunidad de Nizao, que estuvo a punto de morir a principios de enero por una descarga eléctrica, hoy con una gran sonrisa agradece a Dios estar contando esta historia.
Con su rostro iluminado y sonriente El Fiuri como lo conocen en el sector El Zapotal agradece a Dios y a los médicos principalmente que le hayan dado una segunda oportunidad de vida.
El joven Cristian Zapata de 26 años narró que vivió momentos muy duro en el Ney Arias Lora cuando lo metían en una ponchera según su descripción para desinfectarle su cuerpo el cual sufrió quemaduras de cuarto grado en el pecho, brazos y partes de sus piernas.
Recuperándose en su hogar no quiere recordar como casi pierde la vida junto a su amigo Reymond al halar unas varillas a un quinto piso y estas hacer contacto con un cable de alta tensión provocando la descarga eléctrica en su cuerpo.