Al conmemorarse hoy el Día Internacional de la Mujer, es oportuno reflexionar sobre el significado real de esta fecha, ya que debido a su origen y a los hechos tráficos que envuelve, más allá de festejar debe servir para elevar la voz en contra de la desigualdad de género, al tiempo de reivindicar la lucha por la igualdad de derechos para las mujeres en múltiples espacios del planeta. Y es que este día no puede ser tomado para fiestas, porque su naturaleza no es festiva. Es un día consagrado a reivindicar las luchas de las mujeres en el mundo.
Recordemos que su génesis radica en el incendio de la fábrica de confección de camisas más importante de Nueva York, el cual se produjo el 25 de marzo de 1911, y que es considerado como el desastre industrial con más víctimas mortales en la historia de esa ciudad, y el cuarto con el mayor número de muertes de un siniestro industrial en la historia de los Estados Unidos. El fuego causó la muerte de 146 personas de las cuales 129 eran mujeres trabajadoras. Unas 70 resultaron heridas. Y como suele ocurrir, la mayoría eran mujeres jóvenes inmigrantes con edades entre catorce y veintitrés años de edad. Como podemos apreciar estos trágicos acontecimientos sirvieron de base para que en la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, realizada en 1910, se aprobara el Día de la Mujer Trabajadora, que se comenzó a celebrar el año siguiente en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. Luego la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante resolución, declaró el 1975 como año Internacional de la Mujer, e invitó a los Estados a declarar, conforme a sus tradiciones y costumbres, un día alusivo a los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Así llegamos al ocho de marzo, reconociendo la lucha titánica que libran millones de mujeres en el mundo, relegadas a vivir bajo el fuego de las más aberrantes desigualdades.
En este día memorable nos colocamos al lado de las mujeres víctimas de maltratos físicos y psicológicos, las que son explotadas en sus lugares de trabajo, las que sufren discriminación por su condición de mujer, las que tienden a ser desconsideradas para obtener un trabajo y son abusadas. A ellas que se levantan para reclamar respeto en medio de una sociedad machista, llena de desigualdades. A ellas le dedicamos este y todos los días, con la esperanza de un cambio que les permita vivir en condiciones de igualdad.