Donde la racionalidad se impone por encima de las conveniencias, están las prioridades que demandan la acción inmediata del Estado. No hay que ser mago para entender que los ciudadanos que habitan en la provincia Peravia vienen demandando la reactivación de la zona franca. Un parque industrial que llegó a aportar hasta nueve mil empleos directos, sin contar la inmensa cantidad de negocios informales que se llegaron a crear a raíz del flujo de personas que se concentraban en el área.
Es decir, antes del colapso de esa corporación fabril, Baní vivía su época de esplendor en materia económica. Sin embargo, hoy estamos esperando la acción del gobierno para reanimarla. Recordamos que en el Consejo de Ministros celebrado en este municipio, el presidente Luis Abinader, creó una comisión especial con la encomienda de presentar una propuesta de solución al problema de la zona franca banileja.
Obviamente, el gesto del presidente dejó ver claramente su disposición de revivir el sueño de un pueblo que desea recuperar los empleos perdidos, y por ende, la dinamización de su economía. Es por eso que desde el día del consejo de ministros se ha apostado a la apertura con nuevas naves, inversiones y empresas abriendo sus puertas. Sin embargo, a pesar de la disposición del presidente, de la presencia de Pro- Industria, de las preocupaciones emitidas por ministros y funcionarios públicos, en la Zona Franca no se ha producido hasta el momento una acción que apunte a su rescate.
Y no es que seámos pesimistas. Es que una espera que se ha prolongado tanto, merece un feliz desenlace, por esos miles de desempleados que andan buscando un espacio de trabajo, y esa oportunidad está en manos del Estado dominicano, porque lo primero debe ser lo fundamental. Por lo menos eso creemos.