Comienzan a soplar aires de esperanza en sectores y comunidades que vieron a punto de colapsar los centros educativos cuyas edificaciones el Estado había dejado abandonadas durante décadas.
Nadie pudo explicar el por qué, el Ministerio de Educación emprendió la construcción de escuelas y liceos para luego, con el paso de los años, cerrar los oídos a los reclamos de los ciudadanos que venían demandando continuar los trabajos. En muchos casos, como el de la escuela del sector La Saona, la obra está en más del 70 por ciento de construcción. Sin embargo, es grato apreciar la disposición del presidente Luis Abinader, a través del ministro Roberto Fulcar, de encarar con responsabilidad la terminación de planteles escolares que por más de dos décadas han sido abandonados. Así escuchamos a la directora de la junta distrital de Sabana Buey, la señora Rosa Sánchez, quien acaba de informar que en el liceo, cuyos trabajos fueron paralizados hace 20 años, serán reanudados. Y no se trata de una promesa más. Observamos una gran voluntad del gobierno para dar continuidad a las obras que llevan años paralizadas.
En el caso de Sabana Buey, el presidente Abinader dispuso de una partida del 20 por ciento de los recursos necesarios para continuar construyendo el esperado liceo. Hace unos días recibimos la grata noticia de que el liceo secundario Francisco Gregorio Billini será remozado y se han destinado unos nueve millones de pesos para corresponder con ese propósito.
La verdad de lo que hemos advertido en esta provincia es que existe un compromiso del gobierno con mejorar las infraestructuras escolares. Según informes extraoficiales, el distrito educativo ha distribuido más de 34 millones de pesos en diversos centros educativos que requerían ser intervenidos. Obviamente, esto define la decisión del gobierno por reorientar la política de inversión en la educación pública con una justa distribución de los recursos. Es decir, que el cuatro por ciento, sirva para propiciar el desarrollo real de la educación en la República Dominicana.