En la sociedad dominicana es frecuente escuchar el socorrido refrán de poner candado después del robo, en alusión a la falta de prevención frente a una situación que puede degenerar en tragedias irreparables. Esa ha sido una constante en nuestra cotidianidad, tocando las estructuras del Estado, como parte de la cultura de corregir un problema luego de que contamos muertes por negligencias. Es precisamente lo que estamos viviendo en la provincia Peravia donde los funcionarios del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados INAPA se dedican a abrir zanjas en las vías públicas para luego pasar meses sin corregir las averías. Y así vemos pasar los días, semanas y meses con el mismo problema, escuchando los reclamos de las juntas de vecinos, sin contar las noticias dirigidas a llamar la atención sobre un peligro de muerte. Pero pasa el tiempo y hasta que no se produce un accidente con secuelas de muertes no se dirigen a corregir el problema. Es lo que ha pasado con la tapa del registro sanitario que se encontraba abierta y provocó la muerte de un motorista, en la calle Manuel de Regla Mota, casi esquina Gastón Fernando Deligne. Se recuerda que por falta de atención del INAPA, en la citada vía se produjeron varios accidentes de tránsito, incluidos uno que resultó mortal y que originó protestas en el sector Los Cajuilitos con quemas de neumáticos. El registro sanitario permaneció abierto por mucho tiempo, como en espera del trágico suceso, porque al momento del deceso, se apareció una brigada del INAPA a colocarle una tapa de concreto. Es decir, poner la tapa después de la muerte de un ser humano que por desgracia cayó en las garras de la falta de planificación y de voluntad para resolver.
Y desde lejos se ve que todo fue por falta de voluntad porque después de la muerte actuaron de manera diligente.
En esta ciudad, al igual que en otros municipios, hemos visto que ocurre lo mismo. Las brigadas del INAPA abren una zanja y luego se olvidan de cerrarla. De igual forma ocurre con las tapas de los registros sanitarios. Ojalá que los ciudadanos organizados en Juntas de Vecinos, los líderes auténticos de los barrios y residénciales de la ciudad, una vez llegan las brigadas del INAPA a realizar trabajos, procuren conocer si cuentan con herramientas y materiales para resolver el problema, ya que después queda la zanja como una trampa mortal para hacer caer a los ciudadanos. Lo mismo que ahora contamos.