Tener la razón no significa contar con la aprobación de la población. Las luchas reivindicativas deben ajustarse a las posibilidades reales de solución. No se trata de asumir demandas fuera de tiempo, sin criterios de medición, sin las mínimas condiciones de éxito. Eso, además de convertirse en una pérdida de tiempo, afecta la imagen de confianza y credibilidad que deben sostener los gremios profesionales frente a la sociedad.
Y no es que el pueblo esté en contra de las demandas. Todo lo contrario, la sociedad es la primera en reconocer las debilidades de cada uno de los sectores que cumplen funciones de primer orden, como ocurre con el gremio magisterial, enfrascado en una lucha por un aumento salarial que permita mejorar la calidad de vida de los docentes. Sabemos que los maestros llevan años esperando por un salario decente, ajustado a la realidad. Sin embargo, lo justo se pierde cuando se actúa fuera de tiempo. Así lo reflejó la encuesta semanal de Peravia Noticias, donde los usuarios de nuestra página digital tuvieron la oportunidad de expresar si consideraban que la Asociación Dominicana de Profesores debía continuar paralizando docencia en demanda de reivindicaciones.
Fue así como el 100 por ciento desaprobó la lucha emprendida, alegando que afecta al sistema educativo nacional. En ese sentido, es oportuno abogar por que el liderazgo magisterial se aboque a ponderar el cese de paralizaciones escalonadas que han programado, al igual que otros métodos que afectan la docencia, porque llevamos apenas meses tratando de sobreponernos de una pandemia, cuyos daños pesan sobre el cuerpo del Estado. Y es ese Estado el que en medio de una crisis mundial está siendo emplazado por el gremio de los maestros.
Ante todo esto, hay que nombrar más docentes, ofrecer almuerzo de calidad, dotar a los centros educativos de equipos tecnológicos, crear espacios para el deporte, la cultura y las manifestaciones artísticas. En otras palabras, faltan muchas cosas para elevar la gestión educativa, pero todo a su tiempo para que el pueblo, a través de las asociaciones de padres y madres de los estudiantes también se sumen a apoyarles.