Son las manchas que se proyectan en el horizonte, manchas que persiguen a quienes se levantan en busca de la gloria, resaltando las condiciones de tantos jóvenes que logran sobreponerse, saltar y brillar desde el fondo de la pobreza. Son las manchas que pesan a la hora de entrar a la competencia.
Así lo evidencian muchos de nuestros atletas formados en las precariedades, con las limitaciones propias de nuestros barrios, pero revestidos del deseo de triunfar.
Y se lanzan al ruedo para batir récords, donde resalta el emblema tricolor. Es en ese momento, cuando suben al podio y escuchamos con orgullo las notas del himno nacional, cuando vemos la grandeza de los atletas que emergen del anonimato para saltar a la palestra donde moran los aquilatados héroes de la patria. Entonces, con el pecho erguido, vemos subir a funcionarios y dirigentes del sector deportivo, confundiéndose con los flashes de las cámaras, elogiando el desempeño de atletas que en su mayoría han mordido el polvo del sacrificio sin contar con el apoyo del Estado dominicano.
Así lo hizo saber la velocista Marileidy Paulino, nuestra medallista olímpica, la conquistadora de oro y Plata en el Mundial de Atletismo de Oregón.
La misma que acaba de colocar a nuestra nación en el mapa mundialista de las grandes gestas deportivas. Ella, con tristeza, aprovechó el escenario del Comité Olímpico Dominicano para criticar la falta de apoyo, ya que según dijo, no lo ha recibido ni del comité olímpico ni del Ministerio de Deportes. Eso, sin dudas, es el mismo círculo donde giran cada uno de nuestros atletas.
Ahora que Marileidy resaltó sus esfuerzos para ganar en la cita mundial, también la escuchamos lanzar duras críticas al Comité Olímpico, expresando que desde los Juegos de Tokio no ha recibido ningún apoyo. Así le echó agua al vino en un encuentro de bienvenida que se suponía festivo.
Desde lo que hemos vivido, en una sociedad donde se exige el buen desempeño, donde los funcionarios quieren atribuirse las victorias como coronas alcanzadas gracias a programas que pocas veces funcionan, es digno de aplausos la verdad que acaba de gritar Marileidy frente a los susodichos funcionarios y dirigentes, tanto del Ministerio de Deportes como del Comité Olímpico, porque ya está bueno de seguir con el mismo teatro en el mismo espacio.