Cuando creíamos que habíamos dejado en el pasado el fantasma de los apagones, estos resurgen y se presentan con más frecuencia, sin que la población reciba de las autoridades competentes una respuesta convincente acerca de las causas reales de un problema que desencadena grandes dificultades en todos los sectores de la sociedad.
Con la inauguración y puesta en servicio de la termoeléctrica Punta Catalina, los funcionarios de turno vendieron el sueño de que dejaríamos atrás el problema, prometiendo que tendríamos energía 24 horas en las demarcaciones correspondientes a la provincia que facilitó el terreno para la construcción de una planta que fue rechazada en todos los lugares donde fue propuesta.
Claro está, de nada sirve llorar. Ahora las quejas provienen de todos los litorales donde los apagones mantienen en asedio a los ciudadanos, con los daños que vienen causando en colmados, clínicas y centros comerciales donde no sólo se dañan productos sino que se corre el riesgo de ver morir a pacientes por falta de energía eléctrica.
Y es que los apagones nos afectan a todos. Sólo basta observar los sectores de la ciudad cuando están a oscuras, presas de la delincuencia que a todos nos asecha. Sin embargo, la respuesta de las distribuidoras de electricidad ya no convence a la colectividad.
Los ciudadanos dejaron de creer que todo obedece al cambio de redes, a la colocación de postes y medidores para colocarnos en el camino de una modernidad que tarda en llegar. Por eso, sin más que agregar, los apagones comienzan a irritar, tanto a empresarios como a comunitarios que están sufriendo las consecuencias de una desgracia que se niega a abandonarnos.
Sabemos que se está trabajando. Venimos observando que Edesur está colocando postes gigantes, cambiando las redes y eliminando los viejos cableados. Sin embargo, el pueblo está preguntando, hasta cuándo.
Lo entendible sería que esos trabajos fueran planificados, que trabajarán durante un mes o varias semanas en un barrio o residencial, donde todos entenderían la situación, pero vemos que llevamos un año viendo a las brigadas trabajando y por todas partes los apagones continúan azotando y desesperando a la población. Entonces, cuál es la razón: la falta de planificación. De ahí el llamado urgente a las autoridades y funcionarios locales para que aporten soluciones al problema de los apagones.