El primer desafío de la justicia dominicana es sin lugar a dudas ganarse la confianza de los ciudadanos que durante décadas han venido observando las debilidades que se traducen en falta de equidad, corrupción e impunidad. Es decir, frente a las desigualdades abismales entre procesados considerados de segunda y los que gozan de sentencias benignas por el estatus o jerarquías políticas. Otros ni por asomo han sido llamados por la justicia aunque el rumor público los apunta y señala como corruptos de primera línea.
Es así como la sociedad ha cifrado sus expectativas en la promesa del presidente de la Republica, de no interferir en el Poder Judicial, planteándose la total independencia de la justicia. Una actitud que luego fue puesta en marcha con la escogencia de la magistrada Miriam Germán, en la Procuraduría General de la República, y con ella una cantera de miembros del Ministerio Público con sobrada moral para encarar con responsabilidad los retos del tren judicial.
Obviamente, reconocemos que el Sistema de Justicia mantiene la atención de la ciudadanía por los importantes casos que en materia de corrupción están pendientes de solución. Otros por narcotráfico, sobornos y criminalidad organizada continúan en la lista de espera frente a un pueblo que observa pacientemente el desempeño de jueces y fiscales para pasar balance a la justicia independiente. Aquí el desafío consiste en concluir si llegamos al fin de la impunidad o seguimos en el mismo vendaval de dejar hacer y dejar pasar.
El pueblo espera sentencias responsables contra todos aquellos que resulten culpables de los delitos que se le imputan. De ahí que deben ampliarse las Investigaciones y sometimientos a todos los funcionarios públicos que, en los últimos años, se han enriquecidos con los recursos del erario. Que nadie se lleve a engaño. Ya vimos lo sucedido en el caso de Los Tucanos. Ya antes pasamos por la Sun Land, por los sobornos de Odebrecht y ni hablar de lo ocurrido recientemente con uno de los principales acusados en el caso Medusa. Entonces, estamos pendientes de lo que ocurra, porque definitivamente marcará la sentencia definitiva de la justicia independiente prometida por el presidente de la República.