Peravia, R.D.
Según la publicación emitida del Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático y el Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente, las emisiones de mercurio de Punta Catalina oscilan entre 553.8 y 702.6 miligramos anuales por habitante, o sea entre 108 y 137 kilogramos por año, cuando la norma guía de la Organización Mundial de la Salud establece que niveles superiores de 125 miligramos anuales por habitante son peligrosos para la salud humana.
Así lo establece la publicación Informe Final del Estudio sobre la contaminación de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, en la cual se determina que miles de personas en la provincia Peravia están expuestas a niveles peligrosos de mercurio emitido por las plantas de carbón de esta termoeléctrica.
En el acto que se celebró en la tarde del pasado jueves, en el auditorio Manuel de Jesús Perelló del Centro Cultural Perelló donde el señor, Euren Cuevas, a nombre de las dos organizaciones, reveló que según el estudio realizado, las emisiones de mercurio vertidas por Punta Catalina son superiores entre cuatro o seis veces a la norma guía de la Organización Mundial de la Salud.
Cuevas indicó que la investigación efectuada por el Centro Internacional sobre Energía y Aire Limpio (CREA), de Helsinki, Finlandia, determinó que los niveles de mercurio vertido son mayores o menores dependiendo de si estas plantas han contado o no, con un sistema de desulfurización, o si este sistema está funcionando correctamente. En el transcurso del evento se presentó un panel con la participación del ingeniero Raúl Cabrera, del agrónomo Milton Martínez, del químico Marcos Rodríguez, y del epidemiólogo y diputado al PARLACEN, Carlos Sánchez que se refirieron respectivamente a los impactos de Punta Catalina a la calidad del aire, al suelo, al agua, a los cultivos y a la vida costero marina, así como a los efectos de las montañas tóxicas de cenizas, de las emisiones de gases ácidos y de micropartículas en la salud de las población.
Manifestaron que durante los tres primeros años estas plantas funcionaron sin este sistema de desulfurización, porque la gerencia de Punta Catalina decidió retirar la cal que es imprescindible para la desulfurización del carbón, con la finalidad de que los cementeros pudieran aprovechar las cenizas de estas plantas.
El senador Milciades Franjul recordó en su intervención la larga lucha de la provincia Peravia en contra de las cenizas vertidas por el carbón de Punta Catalina, destacando especialmente los dos descensos que realizó el Senado en Punta Catalina en compañía de las comunidades.