La pregunta refleja frustración, impotencia y desesperación. Es lo que realmente siente la población ante las constantes violaciones a la ley de tránsito. Una desgracia que le ha costado la vida a cientos de personas -sin que hasta ahora- las autoridades se muestren preocupadas.
Y es que en los últimos años, en la mayoría de nuestras calles, hemos visto correr la sangre por culpa de conductores irresponsables que manejan de forma temeraria, sin observar los semáforos ni señales de tránsito.
A ese cuadro perturbador se agregan la apatía y el desgano de las autoridades para corregir un problema que puede ser evitado. La verdad, aunque duela decirlo, es que no hay voluntad para corregirlo. Baní se ha convertido en una ciudad caótica, donde pocos se detienen ante la luz roja de los semáforos, mientras las esquinas han sido convertidas en paradas de motoconchistas que entran en camaradería con miembros de la DIGESETT para violar las normas establecidas; entre estas, el uso obligatorio del casco protector.
Ni hablar de los conductores que toman las aceras para estacionar sus vehículos y otros que se dan el lujo de colocarse en dirección contrarías a las vías.
Obviamente, esto va afianzando la cultura del desorden que hoy se advierte en esta ciudad. Bajo esa realidad perdimos recientemente al destacado comunicador Freddy Santana, quien resultó víctima de la imprudencia de un motorista que atravesó en vía contraria la calle Máximo Gómez, sin observar que el semáforo estaba en rojo.
Hoy Freddy no está con nosotros, y como esta contamos muchas historias de tragedias que enlutan a la familia banileja. Ante todo esto, reiteramos la pregunta: ¿ Hasta cuando?
Recordamos que Peravia Noticias, como medio de comunicación al servicio de los mejores intereses de la comunidad, ha venido planteando la necesidad de convocar a un foro municipal por el tránsito, coordinado por el ayuntamiento municipal como entidad responsable de gestionar el territorio, integrando a todas las instituciones públicas y privadas que intervienen en el tránsito, para junto a expertos en la materia, asumir un plan estratégico de control, monitoreo y ejecución de las medidas que puedan surgir para poner fin a una desgracia que nos arrebata cada día los sueños y la vida de quienes son sorprendidos por desaprensivos que violan las normas establecidas.