Además de preocupante, resulta sospechoso, el desastre ecológico que vienen causando los depredadores de la reserva científica: Las Dunas de Las Calderas. Un hecho que mueve a pensar en una posible complicidad oficial, tomando en cuenta que el Estado las llegó a declarar: “Área Protegida”, y que a sólo metros del corazón de las dunas se encuentra la base naval de Las Calderas. Sin embargo, según un artículo publicado en el día de hoy en el periódico Listín Diario, las dunas están en ruta a desaparecer por las talas y quemas indiscriminadas de árboles.
De ahí que el liderazgo comunitario esté denunciando que de forma brutal, miles de metros de sus áreas boscosas han sido calcinadas por el fuego criminal que provocan ocupantes ilegales de una reserva natural que atrae cada año miles de turistas y estudiantes que vienen a conocer el entorno donde convergen especies de la flora y la fauna. Y todo ocurre frente a las autoridades llamadas a protegerlas y preservarlas. ¿Cómo entender que en una zona tan vigilada, desaprensivos estén arrasando con la flora endémica de Las Dunas? ¿Cómo entender que invasores cerquen, talen y quemen su capa boscosa sin que el Ministerio de Medio Ambiente se dé por enterado? ¿Será que el crimen ecológico cuenta con la anuencia de las autoridades de ese ministerio?
La brutal destrucción es más que sospechosa porque los depredadores talan grandes extensiones boscosas con motosierra, destruyendo especies endémicas como el aceituno, la saona y el guano barrigón. Todo esto, sin llamar la atención de las autoridades locales. La realidad es que a raíz de la muerte del licenciado Orlando Jorge Mera, pasado ministro de medio ambiente, es notorio el abandono al que está sometido el más importante patrimonio natural de la provincia Peravia. Mientras tanto, la Reserva Científica “Félix Servio Ducoudray” languidece y está en ruta a desaparecer, y hasta ahora ningún guardabosque ni autoridades de la zona se muestran interesados en frenar las acciones depredadoras. Hasta llegan a justificar su falta de vigilancia por falta de combustible para patrullar el área. De ahí la otra pregunta ¿Será que individuos con poder están causando este desastre bajo el amparo de las autoridades? Lo peor es que las dunas pasan por esta desgracia y son escasas las voces que se levantan para evitar que desaparezcan.