Llega diciembre y nos envuelven las mismas noticias, los llamados de las autoridades, las invitaciones a múltiples actividades y eventos propios de la época. Obviamente, sin pretender ser repetitivos, debemos insistir en la necesidad de asegurar las viviendas, ya que en medio de las fiestas navideñas se incrementan los robos y atracos, especialmente en las cercanías de negocios, tiendas y supermercados. Definitivamente, debemos andar prevenidos para no caer en descuidos que provoquen lamentos, como ocurre cuando “amigos de lo ajeno” arrebatan carteras en las cercanías de bancos comerciales y tiendas de electrodomésticos.
De ahí que las autoridades intensifiquen los patrullajes mixtos, entre policías y militares. Y es que la delincuencia toma las calles en franco desafío a las autoridades.
Sin embargo, a esto se agrega el llamado a la prudencia en momentos en que se informa del brote de una nueva cepa del coronavirus. La realidad indica que no estamos exentos de contagios, que debemos cuidarnos, manteniendo el distanciamiento y el uso de mascarillas como alternativa para prevenir un virus que ha cobrado en el mundo millones de víctimas.
Aquí también nos invita la prudencia, con la fuerza del razonamiento. Vivimos bajo la amenaza de caer en las garras de una pandemia que aún no se marcha.
Mientras tanto, estamos en diciembre, estamos en la época festiva y alegre, nos aproximamos a despedir el año con buenos augurios.
Nos llegan anuncios de construcciones de obras prioritarias, junto al informe de la Asociación de Industria de la República Dominicana, que indica que para el próximo año se proyecta una inversión por encima de 79 mil millones de pesos en ese sector. Por lo pronto, entre lo que se vislumbra de parte del gobierno y lo que se espera del sector privado, tenemos razones más que suficientes para sentirnos esperanzados. Ah y volviendo al inicio, recuerde que diciembre es tiempo para compartir en familia, sin excesos ni imprudencias que dañen el espíritu alegre de estas fiestas