No sabemos la respuesta, aunque con los avances de la ciencia es probable que se hayan enterado de lo que ha pasado.
La fecha del recibimiento a los Reyes Magos ha cambiado, por lo que la fiesta no será hoy, fue movida para el próximo lunes por culpa de una disposición que establece que los días feriados que coincidan con los días martes, miércoles, jueves y viernes serán trasladados para el lunes siguiente. Y todo, supuestamente, por razones de trabajo. Y así vamos, sepultando la tradición de una celebración tan añorada y esperada por miles de infantes.
Obviamente, la Ley 139-97 sobre días feriados debe ser modificada para garantizar el respeto a los valores que definen nuestra identidad cultural. Resulta inaceptable que fechas tan significativas como el 26 de enero, Día del Natalicio del Patricio Juan Pablo Duarte, padre de la patria, también corra la misma desgracia, al igual que el 06 de noviembre, día de la Constitución de la República. Es decir, el sostenimiento de tal acción es un atentado contra los fundamentos históricos del pueblo dominicano.
En igual sentido, estamos convencidos del propósito malsano que dio origen a la ley de marras que viene provocando el progresivo deterioro de los valores cívicos, morales y espirituales de la familia dominicana.
Es deplorable que la tradición de Los Reyes Magos esté siendo ignorada desde el propio Estado, por culpa de legisladores comprometidos con organismos internacionales que buscan borrar los sanos vestigios de nuestra identidad. Un plan que cuenta con una agenda que lleva años implementándose, promoviendo antivalores, invitando al desenfreno moral, asumiendo como buenos los malos ejemplos, y procurando borrar la cultura popular con el falaz recurso de la modernidad.
Recordamos que la celebración del día de los Reyes Magos se da en la Biblia, exactamente en el Evangelio según Mateo, en el Capítulo 2, Versículos del 1 al 12, donde se relata que el rey Herodes, después de haber nacido Jesús en Belén de Judea, se preocupó ante la aparición de los reyes de oriente que preguntaban dónde había nacido el Rey de los Judíos. Según el relato, cuando los reyes entraron y vieron al niño con María su madre, se hincaron y lo adoraron. Abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Luego, habiendo sido avisados en sueños que no volvieran a Herodes, regresaron a su país por otro camino. Dice el Evangelio.
La realidad es que hoy estamos llamados a celebrar con los niños ese momento especial que justamente se da a los trece días del nacimiento de Jesús. Y aunque, según los defensores del cambio de fecha, esto sólo aplica por razones de trabajo. Sin embargo, precisamente, ese ha sido el argumento para ir socavando la esencia espiritual de las festividades nacionales, sean de naturaleza religiosas o patrióticas. De ahí el llamado a levantar la conciencia cívica, a elevar los valores culturales y los principios éticos y morales que, junto al ideal patriótico pretenden sacar del corazón del pueblo dominicano.
Ahora, por culpa de quienes dirigen el Estado, como movieron el día feriado, no sabemos si los Santos Reyes, vinieron o se quedaron con sus respectivos regalos.