La lucha entre el gobierno y la Asociación Dominicana de Profesores ha sido declarada. El primero ha dispuesto que los centros educativos abran hoy sus puertas para integrar a la docencia a más de dos millones de estudiantes del sector público.
El llamado ha sido reiterado por el ministro de educación, indicando que se estará siguiendo el protocolo dispuesto para evitar la propagación del virus, en virtud de que se debe culminar el año escolar en el mes de julio.
Ya los alumnos disfrutaron el largo asueto de las festividades navideñas y tienen que retornar a la docencia bajo la incidencia de las variantes del coronavirus y una presencia cada vez más creciente del virus de la influenza. Esa, precisamente, es la causa de las controversias entre el gremio de profesores y las autoridades educativas.
El llamado contrario a no acudir a las aulas hasta el 31 de enero lo hizo el profesor Eduardo Hidalgo, argumentando que estamos en la cuesta de contagios que podrían desencadenar situaciones lamentables.
Dice Hidalgo que no existen condiciones para el regreso a clases, mientras Roberto Fulcar expresa que cada centro educativo tiene garantizado los insumos requeridos por las autoridades del sector salud para seguir los protocolos de bioseguridad.
Mientras se observa la negatividad del gremio magisterial que representa a los docentes del sector público, del otro lado están los maestros del sector privado, que representan unos 600 mil estudiantes que han sido llamados a recibir clases de manera presencial, tal como lo hizo saber la Unión Dominicana de Instituciones Educativas Privadas.
Es decir, pudiéramos estar asistiendo al choque de fuerzas entre el sector gobierno y el gremio de maestros.
Entre tanto, reina la incertidumbre entre los alumnos ya que sus padres no entienden lo que habrá de prevalecer en el ámbito escolar. Lo que sí se puede evidenciar es que el gabinete de salud favorece la apertura de los centros educativos, justificando que los alumnos estarán seguros en los planteles escolares, al tiempo de instar a los maestros a completar el esquema de vacunación.
La bola está en la cancha y están en el terreno los maestros agremiados del sector público, el gobierno y los representantes de los colegios privados, mientras que en las gradas, observan el desenlace los alumnos y sus padres.