No sabemos con certeza cuántos millones de pesos destina el Estado dominicano para brindar seguridad a los ciudadanos, pero a juzgar por las precariedades que observamos en los cuarteles policiales, podemos determinar que andamos mal. Y no es por exagerar. La mayoría subsisten por la solidaridad de personas e instituciones que se animan a colaborar.
En medio de la creciente ola delictiva, y de los constantes robos, asaltos y atracos que perturban a nuestra sociedad, la población espera mayor inversión en seguridad. Llegar a un recinto policial en progresivo estado de abandono, ubicados en viviendas deterioradas, sin los más mínimos requerimientos para operar, sin un inversor y, para colmo, con dos agentes policiales para enfrentar las embestidas de peligrosos asesinos dispuestos a matar a quienes se crucen en su camino. Cuarteles que hablan sin la elocuencia de las palabras. Son esos recintos los que apuntan y acusan al Estado de incumplir el compromiso de modernizar la institución policial.
A propósito del robo perpetrado el pasado domingo en la escuela de la comunidad El Cañafistol, donde hace poco fue asesinado el guardián de ese centro, por forajidos que cargaron con valiosos equipos, volvemos a cuestionar el desempeño de las autoridades apostadas en cuarteles policiales sin ningún tipo de condiciones operativas.
Y es que la Policía Nacional también confronta dificultades por la falta de agentes, de equipos y recursos económicos, lo que ha motivado que en comunidades como La Montería, azotada de manera permanente por los delincuentes, decidieran con los aportes de comunitarios, construir un moderno cuartel que a tres años de haber sido donado a la Policía Nacional, ningún comandante regional ha podido inaugurar. Ya conocemos el caso del municipio de Nizao, donde la situación calamitosa de la Inspectoría policial es alarmante.
Entonces ¿para qué hablar de conformar la Mesa de Seguridad Ciudadana, cuando falta voluntad política para erogar los recursos que permitan reorientar la lucha contra la delincuencia y la criminalidad en la República Dominicana?