Peravia, R.D.
Una humilde familia reside en condiciones de extrema pobreza a orilla del Arroyo Bahía a la parte sur del puente sobre dicho acuífero.
Se trata de Rafael Socorro Sánchez quien convive y comparte su miseria con su pareja Ana González con la que ha procreado cinco hijos.
Esta familia vive en las peores condiciones humanas en esta destartalada vivienda de piso de tierra y cubierta por frágiles materiales que no les permiten bien protegerse del sol, la lluvia y de otras inclemencias de la naturaleza.
Para la familia Sánchez González, comer algo al día tiene que darse un milagro de personas generosas o de que el cabeza de casa haya sido contratado para cualquier trabajo agrícola.
No es fácil para esta familia sostenerse, ya que el señor Socorro Sánchez, comúnmente se dedica a recolectar metales de los que votan por la zona del arroyo.
Refiere que a veces levanta por la venta de estos algo con lo que puede encender el fogón aunque sea de noche.
Asegura que en muchas ocasiones tiene que acostarse sin comer, porque el día no le fue productivo.
Rafael Socorro Sánchez, tras definirse como un hombre con el mayor deseo de ser empleado justamente, cuenta que vive deprimido económicamente por la falta de oportunidades.
Llamó a cualquier persona que requiera de un hombre de trabajo que quiere vivir del sudor de su frente, que contrate de sus servicios.