Sin dudas… ella es la reina indiscutible. La que intimida con su presencia y con orgullo nos representa. Es una estrella que concita las miradas del mundo del atletismo. Es nuestra Marileidy Paulino, la doble medallista olímpica que por tercera ocasión se alza con la victoria en la Liga Diamante. Allí ha implantado su estampa de competidora insuperable, deslumbrando a Europa y a todos los rincones del planeta. Y es nuestra.
Ayer volvió a brillar, y con ella la bandera nacional, porque Marileidy, la gacela de Don Gregorio, Nizao, conquistó el primer lugar con gran facilidad.
Así la vimos atravesar la meta de los 400 metros planos de la cita de Rabat, en Marruecos. Y lo hizo con un crono de 50 segundos y 10 centésimas. Algo sorprendente.
Sin embargo, es lo que se está haciendo habitual para una atleta sin rival. Así lo podemos afirmar cuando apreciamos que la dominicana a recorrido el óvalo para adueñarse del laurel de la victoria en todas sus presentaciones. Esta es su tercera victoria en tres presentaciones en el más exclusivo círculo de Europa. Ya cuenta en su alforja con dos medallas olímpicas y en sus últimas competencias ha conquistado el primer lugar en cuatro de las cinco carreras que ha escenificado, desde el año pasado hasta la fecha. Obviamente, Marileidy es incansable, ahora su próxima parada será en Paris, Francia, el 18 de este mes, en un escenario donde seguirá imponiendo su clase.
Sus logros son muchos, como también su sacrificio para alcanzar nuevos peldaños, con la solidez de su fe y capacidad de trabajo. Por eso es la reina de la Liga Diamantes, la soberana que proyecta la patria y coloca cada vez más alto el orgullo del pueblo dominicano. Con ella y por ella debemos abogar por el respaldo del Estado a nuestros jóvenes atletas, convencidos de que el país cuenta con un excelente potencial que sólo espera las atenciones necesarias para salir adelante. Y eso, como es natural, sólo puede garantizarlo el Estado.
Arriba Marileidy…
Eres el más elocuente paradigma para la juventud latinoamericana.