La hacemos nosotros, como tributo a las tantas familias que aún permanecen aferradas al recuerdo de sus ancestros. Y hablamos por ellos, reconociendo que en el cementerio viejo yacen sepultados héroes y personalidades que ofrendaron sus vidas por la defensa de la patria.
Son ellos, con su legado, los que impulsan el reclamo decidido de un pueblo que se resiste a borrar los vestigios de sus proezas. Por ellos elevamos la voz para solicitar al ayuntamiento municipal que acuda a rescatar un camposanto que desde hace años sufre los estragos del abandono. Y es que literalmente se está cayendo, agonizando junto a lo fieles difuntos, cuyos nichos se pierden entre la maleza.
Recordamos que por iniciativa de un nutrido grupo de munícipes, en la gestión de Nelson Camilo Landestoy, procedieron a construir en la parte frontal los jardines y el portón de su entrada con la hilera de parqueos que son aprovechados por los asiduos visitantes al estadio de softball.
Sin embargo, a pesar de los constantes pronunciamientos de los vecinos, el cementerio viejo ha permanecido fuera de la agenda del cabildo, olvidado y abandonado. Peor aún, sirviendo de morada a indigentes y enfermos mentales que han convertido las tumbas en viviendas donde a plena luz del día hacen sus necesidades frente a todos los parroquianos.
En otras palabras, pareciera que existe un plan premeditado para que desaparezca el viejo cementerio, cosa que podemos evitar con la propuesta de que sea convertido en el Panteón Municipal.
De esa forma, con una construcción majestuosa, podremos honrar a nuestros héroes con el respeto que le debemos profesar. Un gran mausoleo o panteón municipal será, más que un santuario para la exaltación, un centro de atracción histórica que proyectará a nuestro pueblo por la dimensión del heroísmo y del espíritu patriótico que jamás podrá ser borrado de la memoria de nuestros coterráneos. Ojalá que estás ideas se asuman como aportes sustanciosos en el proyecto de rescate de la identidad banileja.