El aumento de un tres a un ocho por ciento de los aranceles por concepto de la importación de celulares, dispuesto por la Dirección General de Aduana, es una medida que debe ser revisada por las autoridades.
¿Cómo es posible que se eleve el pago de impuestos para la adquisición de estos dispositivos móviles tan importantes? Esto, de por sí, más que elevar los precios, permitirá que sigan siendo objetos atractivos para los delincuentes. De ahí que todos los sectores sensatos muestren su rechazo al referido aumento.
Reconocemos que en la República Dominicana existe una cantidad excesiva de celulares, incluso por encima de los estándares internacionales. Sin embargo, nadie ignora que han sido muchas las personas afectadas por robos y atracos, donde se les despoja de celulares.
Otras víctimas no han tenido la suerte de salir con vida frente a las embestidas de la delincuencia. Hemos llegado al colmo de salir a las calles con delirio de persecución por temor a ser asaltados por maleantes que salen como por arte de magia tan solo para robarte un teléfono celular.
Entonces, el aumento dispuesto por la Dirección General de Aduana, se considera como una motivación para el comercio ilegal que habrá de incrementar las acciones delictivas en todos los sectores del territorio nacional. A todo esto, quienes pagarán los altos costos serán los ciudadanos que por obligación tienen que utilizar teléfonos celulares.
De ahí que el aumento sea considerado como abusivo y arbitrario, en una sociedad donde la comunicación es considerada como un artículo de primera necesidad.
Ojalá que las autoridades de Aduana, conjuntamente con las compañías telefónicas y los importadores de dispositivos móviles se pongan de acuerdo para no lesionar los bolsillos del pueblo.