En un recorrido por diferentes sectores de esta ciudad, la cámara pudo captar como Baní tiene un nuevo rio y las cañadas aumentan su intensidad de corriente, con tan solo caer un poco de lluvia en la población.
La calle Canela Mota deja su nombre atrás y se convierte en el rio que jóvenes, niños y adultos disfrutan tras unas horas de lluvia esta tarde.
Mientras los residentes al final de la calle en Palo Blanco colocan barricadas y con escobas en manos sacan las aguas de los hogares y se lamentan que los policías acostados se han convertidos en represa que también ayudan a las inundaciones.
Siguiendo con nuestro recorrido por el centro de la ciudad llegamos al sector 30 de Mayo donde las calles volvían a la normalidad, no así la cañada de esa barriada que arrastraba todo lo que encontraba a su paso por su embravecido caudal.
Aunque entrada la noche todo permanecía en calma, según el cielo nublado todo indica que continuaran las lluvias.