Los moradores del sector Villa Esperanza, personas de extracto pobres que integran un asentamiento humano a orilla del río Bani, dijeron que al estar acostumbrados a las circunstancias difíciles de la vida, no sintieron ningún temor por el anuncio de la posible presencia del huracán Irma.
Manifestaron que siempre están agarrados de Dios, el que ha sido su mejor refugio y albergue en los tiempos de tempestades.
Sentada frente a su humilde vivienda en espera de lo que sea, pero sin el propósito de salir huyendo, esta residente de la esperanza se manifiesta.
El barrió Villa Esperanza, que colinda con el barrio Pueblo Nuevo, el pareja Güera y Fundación de Peravia, es un sector con todo tipo de carencias y entre ellas se encuentra la de alimentos, oportunidades de trabajo, energía eléctrica y agua potable.
Sus callecitas se encuentran en condiciones deplorables, mientras que el servicio eléctrico es improvisado y en las peores de las condiciones.
Sus casitas frágiles, unas y otras aunque más fuertes, repletas de promesas y sueños que la indiferencia de los gobiernos han convertido en pesadillas.
Las cámaras de Peravia Noticias dirigieron sus lentes hacia esta casita cobijada de zinc y en una altura, como para librarse de inundaciones, y aquí la pobreza se conjuga con hacinamiento y lastres de condiciones humanas inapropiadas que llaman la atención a través de esta envejeciente y de la joven discapacitada que esconde su mirada en la impotencia.