Así podemos calificar el interés mostrado por el ministro Andrés Navarro por sanear la nómina del Ministerio de educación, una institución plagada de botellas que se traducen en retrancas para el desarrollo del sistema educativo nacional. Los sectores sensatos de la sociedad entienden la necesidad del saneamiento, en procura de retribuir a quienes en verdad trabajan; sin embargo, este deseo no puede conllevar atropellos a buenos maestros que cumplen con la función de impartir el pan de la enseñanza en los respectivos centros educativos.
El ministro Andrés Navarro no debe actuar bajo falsas premisas: Antes de proceder a bloquear a miles de maestros debió comenzar por investigar, ya que muchos de estos habían sido trasladados a otros centros, mientras otros esperan ser pensionados y están en licencia. Es decir, todos conocen la realidad. Es deprimente que por esa actitud negligente, luego de haber sido bloqueada para que no cobrara, se quitara la vida una maestra que estaba bajo licencia médica, tras haber sido diagnosticada con problemas depresivos.
Hoy su deceso es atribuido al atropello de las autoridades del sector educativo, en la persona del ministro. Ante el penoso cuadro que están sufriendo centenares de maestros, la Asociación Dominicana de Profesores ADP, está convocando a jornadas de protestas en todo el país. Y es que hasta la propia dirigente magisterial Yadira Báez, ha sido bloqueada, imposibilitada de cobrar, como un desafío al gremio que preside. Por doquier se escucha el lamento desbordado de los maestros que han sido injustamente bloqueados. Junto a ellos resalta la solidaridad de todo un gremio que reclama por ellos, pero también está el pueblo que valora el sacrificio de los buenos maestros.
Ojalá que el ministro de educación Andrés Navarro proceda a dialogar con el gremio magisterial y termine por desbloquear a quienes están impedidos de cobrar sus salarios. De igual forma, sería pertinente que en cada centro educativo se establezca la cantidad de botellas que por razones políticas se llevan miles de millones de pesos que bien podrían servir para dignificar la vida de muchos maestros. Lo que comenzó como una iniciativa considerada favorable, está borrando la buena intención para convertirse en una acción repudiable, toda vez que está siendo aplicada a los que sí trabajan.