La comunidad Cañafistol, cuando se anuncia la presencia de huracanes, duerme con un ojo abierto y otro cerrado, ya que recuerda impotentemente las inundaciones que han sufrido, a causa de la presencia de granceras en la zona que han desviado los cauces de los arroyos, bahía, pinzón, y virreina.
Se recuerda que las calles del Cañafistol en otras temporadas ciclónicas se han convertido en canales de agua.
En una ocasión la zona donde vive el magistrado Milton Castillo se llenó de agua, hecho que motivo que el magistrado, elevara una demanda por daños y perjuicio contra una grancera de la zona.
Los dirigentes campesinos del Cañafistol, con amplia experiencia como Manuel Báez, muestran su preocupación por el curso de sus arroyos, motivados a las excavaciones de las areneras.
Manuel Báez, sostiene que con estos anuncios de huracanes ellos se mantienen en alerta, para que el agua no los sorprenda.
Refiere que las granceras han hecho unas furnias que se encuentra con mucha agua y que de haber precipitaciones en la zona con crecidas de los arroyos, los desbordamientos podrían ser fatales.