WASHINGTON. El presidente Donald Trump advirtió el jueves que Puerto Rico no debe esperar ayuda federal “para siempre” y criticó la infraestructura de la isla, a la cual consideró un “desastre” aún antes de que fuera afectada por los más recientes huracanes.
“¡No podemos tener a FEMA, los Militares y los Socorristas, que han sido asombrosos (bajo las circunstancias más difíciles) en P.R. para siempre!”, señaló en su cuenta de Twitter. En otro tuit, fustigó a la isla por su crisis financiera y su “falta total de sentido de la responsabilidad”.
En respuesta, la alcaldesa de San Juan dijo también por Twitter que las palabras de Trump no eran las de un mandatario, sino que parecían más las de un “Hater in Chief”, en referencia a un jefe de estado que odia.
La alcaldesa Yulín Cruz agregó que “Trump es incapaz de cumplir con el imperativo moral de ayudar al pueblo de Puerto Rico. ¡Qué vergüenza!”.
Los mensajes del presidente se conocieron el mismo día en que la Cámara de Representantes se apresta a respaldar el pedido de Trump de liberar miles de millones de dólares adicionales para enfrentar desastres, 16.000 millones para pagar los seguros contra inundaciones y ayuda para mantener a flote el gobierno de Puerto Rico.
La serie de desastres _las inundaciones en Texas, los daños en Florida y la crisis humanitaria en Puerto Rico_ podría ser la más costosa de la historia. En 2005, el huracán Katrina requirió 110.000 millones de dólares en asignaciones de emergencia.
Unos 5.000 millones de dólares de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) podrían usarse para ayudar a los gobiernos locales _en particular, los gobiernos central y municipales de Puerto Rico_ a seguir funcionando mientras soportan la iliquidez provocada por María, que los ha privado de ingresos y vaciado de recursos.
En tanto, el presidente de la cámara baja, Paul Ryan, prevé viajar a Puerto Rico el viernes. Ha prometido que el territorio tendrá lo que necesita, pero la mayor parte de la isla carece de electricidad y muchas zonas aisladas carecen de agua potable.
En la isla, Cristina Cordero, de 26 años y madre de dos niñas, se sorprendió de que alguien piense que el territorio estadounidense ya recibió suficiente ayuda. Mientras regresaba de un refugio el jueves e iba rumbo a su casa en Toa Baja, una zona que quedó afectada por las inundaciones ocasionadas por el huracán María, dijo que no ha recibido ayuda para reparar su vivienda.
“Hay puertorriqueños que perdieron todo, los niños necesitan medicamentos, los ancianos realmente necesitan ayuda”, dijo mientras se le quebraba la voz.
El huracán que azotó la isla hace tres semanas dejó más de 45 personas muertas y al 90% de la isla sin servicio eléctrico.