Es muy poco lo que podemos esperar, ya que conocemos la naturaleza política del Estado dominicano, donde nada se mueve sin la anuencia del Poder Ejecutivo. Bajo esa premisa, más que crearnos falsas expectativas, el foro legislativo puede definirse como un espacio de desahogo, donde los líderes comunitarios -con un micrófono en manos- pueden explayarse buscando ser escuchados. Pero muchos de sus reclamos deben ser llevados ante los despachos de funcionarios que manejan recursos millonarios y no ponen sus oídos para escuchar al pueblo.
Ese es uno de los pocos puntos luminosos del foro celebrado ayer en esta ciudad, donde los legisladores de la provincia, junto al presidente de la Cámara de Diputados, escucharon pacientemente los repetidos reclamos de obras que están contenidas en la Agenda Provincial de Desarrollo, tal como quedó evidenciado. Sin ánimo de limitar la importancia de la jornada, y mucho menos desmenritarla, queremos pensar en la posibilidad de que se pudiera sacar algún provecho para la provincia Peravia, pero nuestro optimismo no llega a tanto.
Y es que el referido foro, más allá de la experiencia de acercar a los diputados a las provincias, no puede más que gestionar la inclusión de obras. Y es que el pueblo reconoce que el país cuenta con leyes que no se cumplen, y por ello, más que procurar la aprobación de nuevas leyes busca que se les asignen sus obras, las que hacen falta, y llevan décadas esperando. Ojalá que los señores legisladores sean buenos canalizadores, para que por lo menos nos lleguen algunas de las contenidas en la ensarta de obras que fueron requeridas en el marco del foro legislativo.
Por lo pronto, dejaremos abierto el pequeño hueco del optimismo para que en el presupuesto de la nación se incluya una obra de importancia para la provincia Peravia.