Desde la instalación de los nuevos integrantes del presente concejo de regidores del Ayuntamiento del municipio de Baní han sido varios los escándalos y denuncias de repartos y distribución de dádivas para aprobar distintos proyectos que no cumplen con los requisitos de ley.
Entre los proyectos que han sido aprobados con las maniobras de búsquedas se citan: la aprobación de granceras, construcciones, negocios sin parqueos y en lugares residenciales que perturban la paz y tranquilidad familiar.
También grandes inversiones que cumplen con los requisitos y normas establecidas, pero que han tenido que pagar grandes sumas de dinero para que dichos proyectos sean aprobados, como tenemos informaciones fidedignas de proyectos de edificios de apartamentos y otras construcciones. También poseemos conversaciones vía Whatsaap donde se solicitan recursos para aprobar proyectos.
El último escándalo está en una estación de expendio de combustible que fue rechazada por no cumplir con requisitos de ley en la pasada gestión edilicia y ahora aparece camuflajeada en otro informe técnico, arropada en un mismo oficio que contiene proyectos que son aprobables y firmados por funcionarios que en la ocasión anterior estuvieron en contra por razones técnicas.
A todo esto nos preguntamos, ¿Acaso cambiaron las condiciones?
La información que tenemos de regidores que no estuvieron de acuerdo con el proyecto es que se violaron las normas para su aprobación. Si no es así que defiendan públicamente las razones que tuvieron quienes votaron, para que la sociedad mañana no los juzgue negativamente. El pueblo se está cansando de los escándalos de corrupción, entendiendo que quienes van a los cargos deben actuar conforme a la ética, la moral y las buenas costumbres, y no a aprovecharse de la función que ocupan para generar riquezas.
Los regidores del Ayuntamiento de Baní, los que están ahora en el ayuntamiento, deben explicarle al pueblo cómo y por qué aprueban proyectos a diestra y siniestra, sin una razón valedera, obviando las normativas de ley y actuando de espalda a quienes dicen representar. Esto, sin dudas, tiene que terminar, honorables regidores.