Quizás los Reyes que acudieron a adorar al niño Jesús en aquel humilde pesebre de Belén no eran magos ni practicaban la magia para ver más allá de lo normal. Sin embargo, se dejaron guiar de la estrella que le conduciría al lugar predestinado por Dios para el nacimiento del Redentor de la humanidad.
Previo a la celebración de este magno acontecimiento, es propicia la ocasión para pedir a nuestros políticos lo que realmente deseamos, fuera de los tradicionales repartos de juguetes tan esperados. Y es que los dominicanos soñamos con recibir desde el Estado más y mejores oportunidades para nuestras familias; pero sobre todo, que desde arriba se tomen medidas a favor de sanear una sociedad cada vez más corrompida por los juegos de azar, y los centros de perversión que atentan contra la moral y la paz social.
Hoy esperamos de los Santos Reyes que iluminen la mente y la conciencia de políticos que desde los cargos que ocupan avergüenzan con sus malas acciones a la mayoría de los ciudadanos. Políticos que levantan sus manos para endeudar cada vez más la República, para enajenar el patrimonio nacional, para aprobar la destrucción de los recursos naturales, y para nutrirse de los bienes del Estado.
En ese círculo permeado por la corrupción, donde lo menos que brilla es la justicia, el pueblo busca encontrar otro modelo de político: hombres y mujeres que eleven la imagen de la política, que actúen con decencia y se proyecten como paradigmas para una juventud que sólo observa malos ejemplos. Ese sería un buen regalo en el día de los Santos Reyes: Que todos podamos caminar, bajo la luz reluciente de la estrella de Belén, hacia el modelo ideal del político que deseamos encontrar, tomando como ejemplo la vida de Jesús, en su amor por los demás, su vocación de servicio, el respeto a la familia y su opción preferencial por los pobres.
Estamos convencidos -que Unos cuantos políticos de esa naturaleza- harían la diferencia..!!