Lo hemos dicho y repetido hasta el cansancio: los operativos evidencian negligencia, ausencia y limitaciones de todo tipo. Cada vez que recurrimos a realizar un operativo es porque se han desbordado las soluciones a determinados problemas.
Así contamos operativos médicos ante la falta de coberturas de salud en los hospitales, operativos de patrullajes policiales en barrios y comunidades asediadas por delincuentes y criminales, operativos de limpieza, bacheo y reparación de calles en espacios que adquieren la denominación de intransitables, y operativos por aquí, operativos por allá, en ciudades que lucen descuidadas, a veces por falta de recursos, otras por carencia de equipos, y hasta por falta de compromiso de las autoridades con sus representados.
Los operativos se presentan como acción inmediata frente a problemas que han explotado, y se reproducen cuando no existe un plan permanente orientado a menguar las posibilidades de crecimiento de los citados males.
En esas modalidades de operativos hay para todo:
Operativos anti ruidos, operativos para eliminar los tarantines de la ciudad, para quitar los obstáculos de las aceras, para vacunar perros y gatos y hasta para brindar seguridad en las navidades.
Operativos de desarmes, para eliminar focos de contaminación y control de ventas de sustancias prohibidas. Ahora se agrega el operativo para desmontar el comercio clandestino de clerén, y no dudamos que sean implementadas otras modalidades ingeniosas y creativas de otros operativos.
Sin embargo, lo que realmente exigimos es el funcionamiento eficiente de las instituciones de servicios, correspondiendo con dar respuestas de soluciones a los problemas que asiduamente se presentan. Pero el mayor reto de los municipios es procurar recursos para brindar esos servicios con regularidad.
Y entre tanto, sugerimos iniciar una campaña para que sean instalados los tribunales municipales para sentar en el banquillo de los acusados a los infractores de las ordenanzas y resoluciones municipales. Aquellos dueños de negocios que ensucian la ciudad. Los propietarios de solares abandonados, las personas sorprendidas tirando desperdicios en las calles, y todos los que alteren de forma inadecuada la vida en la ciudad. Es urgente, y más que necesario, motivar al más grande operativo para crear conciencia ciudadana, inculcando el amor y respeto por nuestra ciudad