Es notorio ver vehículos que embisten animales en las vías públicas y la mayoría mueren en el lugar del accidente. Otros quedan gravemente heridos, no son rescatados por ninguna autoridad y mueren lentamente ante la mirada de conductores.
Es común encontrar perros y gatos muertos en las principales calles y avenidas de la ciudad que son atropellados, principalmente en horas de la madrugada. Las escenas en las vías son desagradables a la vista de todos y el hedor nauseabundo, lo que constituye un problema de salud.
Los cadáveres permanecen en la vía por semanas hasta descomponerse y otros se hacen añicos con el paso constante de los neumáticos.
Al parecer, las autoridades municipales carecen de un plan para retirar, incinerar o enterrar los perros, gatos y otros animales que mueren atropellados por vehículos en calles, avenidas y carreteras.
Por lo regular, cuando los animales domésticos mueren por enfermedad o por otras causas, la gente acostumbra echarlos en sacos y fundas y son depositados en los camiones de basura que los llevan hasta el vertedero.
Serían los departamentos de aseo urbano de los cabildos, los que tendrían la responsabilidad primaria de retirar los animales muertos de las calles, pero muy pocos lo hacen e incluso no tienen esa tarea asignada en sus deberes.
En nuestra provincia, en sentido general, no existe un depósito final de los cadáveres de animales ni un lugar de incineración para evitar la propagación de enfermedades.
La Ley 248-12 de” Protección Animal y Tenencia Responsable” obliga a los cabildos y Distrito Municipales a recoger y exhumar los animales muertos en las calles y avenidas de sus demarcaciones.
El artículo 70 de la referida ley establece: “Es obligación del ayuntamiento del Distrito Nacional , los ayuntamientos de los municipios y la juntas de distritos municipales recoger a los animales muertos que se encuentren en las vías o lugares públicos , tratarlos con respeto y proceder a su exhumación de su cuerpo de forma adecuada”.
Aunque la legislación tiene cinco años vigentes, carece de un reglamento que haga viable su aplicación. La Ley 248-12 establece sanciones de 25 a 50 salarios mínimos y prisión de seis meses a un año por atropellar a un animal.
Reportaje de Linette Del Rosario.