Esa debe ser la consigna del Estado y el lema de todos los gobiernos. Trabajar por el bienestar del pueblo debe ser la prioridad de toda gestión, desde los ayuntamientos, las cámaras legislativas y todas las instancias gubernamentales. Más aún, “trabajar por el bienestar” debe involucrar a las entidades sin fines de lucro, a las instituciones del sector privado y organismos descentralizados.
Sin embargo, lo que haría tan fácil la convivencia, y contribuiría a dar respuestas efectivas a las múltiples demandas de servicios que exige la población, choca con la amarga realidad de la concentración de los recursos en instancias burocráticas que alejan las soluciones de las más sencillas problemáticas. Así ocurre en instituciones como el INAPA, donde hay que hacer plegarias y oraciones para lograr resolver las constantes quejas de los moradores de las comunidades. Y no es por negligencia de los funcionarios locales. Es que hasta para comprar un tubo se debe hacer un oficio dirigido a la sede de ese organismo.
Ante esa realidad es preciso abogar por descentralizar, procurando retomar el tema de la conformación de la Corporación de Acueductos y Alcantarillado de la Provincia Peravia, un proyecto que lleva años de haber sido aprobado y ningún gobierno ha tenido en su agenda ejecutarlo. Sólo con los recursos que se generan en esta ciudad alcanzaría para cubrir los salarios del personal administrativo y gerencial, se cumpliría con reparar las redes de distribución y se enfrentaría de manera definitiva el problema cloacal que afecta a diversos sectores de la ciudad.
Ojalá que nuestras autoridades, las que están para representarnos, asuman trabajar por la provincia, exigiendo la creación de esta Corporación que le permitirá al pueblo tener control sobre nuestro acueducto. Y que por fin llegue el día en que no se hable más de la falta de agua potable ni del derrame de heces fecales por falta de recursos.